Ante crisis hídrica: La energía deberá reducir su consumo de agua

Casi una cuarta parte de la Humanidad no tiene acceso seguro a agua potable y la mitad carece de servicios de saneamiento adecuados. Paralelamente, el sector energético usó en 2021 alrededor del diez por ciento de las extracciones totales de agua dulce, cifra que deberá reducirse para ayudar a enfrentar esta creciente carencia mundial.

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El agua resulta esencial no solo para la vida, también para el suministro de energía: la generación de electricidad, la producción de combustibles fósiles y el cultivo de biocombustibles requieren uso intensivo de este líquido. Es por ello, que la industria debe comprometerse a desarrollar energías limpias para aportar a aliviar la actual crisis hídrica.

En 2021, se usaron 370 mil millones de metros cúbicos o bcm de agua dulce y la evaluación es que esta cifra aumente sino hay una preocupación especial del sector. Según la Agencia Internacional de Energía, las proyecciones en el escenario más conservador -contemplando solo medidas implementadas o en desarrollo- son que su utilización se incremente y alcance a 400 bcm para 2030. Lo anterior, principalmente, por mayores extracciones para enfriar plantas nucleares y para producir materias primas bioenergéticas. Esto, a pesar de que parte del aumento será compensado por el paso desde combustibles fósiles a la energía solar fotovoltaica y eólica en el sector eléctrico. En el mejor escenario, las extracciones de agua disminuirían en casi 20 bcm por un menor consumo de carbón.


Sed de agua

Avanzar hacia un futuro cero emisiones conlleva importantes impactos sobre el consumo de agua dulce. Tecnologías como los biocombustibles, la energía solar concentrada, la captura de carbono o la nuclear implican un alto requerimiento del vital líquido. Por lo anterior, se requieren esfuerzos importantes para no incrementar el estrés hídrico actual del planeta.

El sector eléctrico es particularmente vulnerable a su escasez, la que podría afectar la seguridad energética. La generación de hidroelectricidad podría bajar significativamente en zonas donde es probable que disminuya el agua, como el sur de Europa, el norte de África y el Medio Oriente. Ya se tiene la experiencia de que una menor disponibilidad de energía hidroeléctrica en América Latina en 2021 provocó una mayor demanda de gas natural licuado. En 2022, las dificultades con la energía hidroeléctrica en el sur de Europa, se sumaron a las tensiones en el mercado del gas. Por su parte, varias plantas nucleares en Francia debieron cerrar o reducir su producción en años recientes por las carencias hídricas.

Por lo visto, la disponibilidad de agua no solo limita la vida directamente, también el suministro energético. Es por ello, que algunos productores de energía están recurriendo a fuentes de agua alternativas y al reciclaje, así como a incorporar sistemas de enfriamiento más avanzados para la generación térmica.

Según los expertos, un enfoque integrado de la gestión de la energía y el agua puede colaborar a reducir los riesgos en ambos frentes. Varias de las tecnologías limpias para proporcionar electricidad también se pueden utilizar para proporcionar acceso al agua.


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