Big data: el desafío de manejar cada vez más información

Usar la Bip, navegar en internet o utilizar las redes sociales, son algunas de las cotidianas acciones que Ud. realiza y que generan información. Pero también hay muchos otros procesos como el estudio del cambio climático o de las ciencias astronómicas, las transacciones bancarias, en fin, una serie de áreas que producen datos de manera exponencial, los que deben ser integrados para interpretarlos y lidiar con ellos.

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Detrás de cada actividad humana están cada día más presente los grandes flujos de información. En ese sentido, se denomina big data al conjunto de datos cuyo volumen, complejidad y velocidad de crecimiento dificultan su captura, gestión y análisis mediante tecnologías y convencionales y en tiempo razonable. Estamos hablando de cifras que cuesta imaginar y que se miden en terabytes y petabytes.

La complejidad del manejo actual de datos se debe, sobre todo, a la naturaleza no estructurada de gran parte de ellos, que son aportados por videos, audios, dispositivos con sensores, búsquedas en Internet, redes sociales, teléfonos inteligentes, internet de las cosas, y muchos más, debiendo combinarse en la mayoría de los casos, con otros estructurados. Con tantas fuentes y tipos la dificultad de integración aumenta.

Hasta la aparición de las herramientas para inteligencia de datos utilizábamos la información estructurada pero ya podemos sumar datos adicionales como comentarios o likes en redes sociales, resultados de campañas de marketing, o la información del call center, entre otros. Por ello, este formato resulta fundamental para las empresas, porque les permite incorporar información sobre sus clientes de manera más amplia y desarrollar una oferta más acorde a sus requerimientos.

Por ejemplo ayuda a que las organizaciones identifiquen problemas o nuevas oportunidades. También les permite reducir costos, tomar decisiones más rápidas así como ofrecer productos y servicios, al medir la satisfacción de sus clientes.


Big data en Chile

Chile tiene la mayor tasa de crecimiento en este ámbito en la región. Sin embargo, aún falta bastante para desarrollar y aplicar, a lo que se suma disponer de recurso humano capacitado, ya que aún es muy escaso a nivel global.

Mientras tanto, el gobierno anterior dejó avanzada una herramienta de apoyo al diseño de políticas públicas creada por el físico César Hidalgo (https://es.datachile.io/). Esta plataforma “integra, visualiza y distribuye datos públicos chilenos", siendo su objetivo “mejorar la eficiencia y eficacia de las decisiones públicas, ayudando a revelar brechas en servicios públicos, identificar oportunidades de diversificación industrial y promover un debate público mejor informado".

La actual administración también está interesada en impulsar tecnologías que les permitan manejar los macrodatos. Antes de asumir su mandato en marzo de 2018, el Presidente Piñera se reunió con Hidalgo para coordinar el traspaso del proyecto, pero -además- también se busca impulsar una política de datos más intensa y hacer estos más visibles.

Pero también el big data coloca desafíos éticos sobre los cuales se debe reflexionar para impulsar políticas públicas y criterios que promuevan la democracia, el desarrollo y el progreso social. Cabe recordar que aún resuenan los ecos del escándalo de Cambridge Analytics en las recientes elecciones estadounidenses.

Con las herramientas actuales es bastante fácil conocer en detalle quiénes son y cuáles son los gustos y patrones de un electorado particular, es decir describir su comportamiento. Así fue que Cambridge Analytics usó los datos de 50 millones de usuarios de facebook para desarrollar software que le permitiera influir en los votantes y colaborar, según se dice, a que Donald Trump ganase las elecciones.


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