Después de la pandemia: Hacia una economía circular

La crisis sanitaria ha hecho más evidente el impacto de los humanos sobre el planeta y lo insostenible del actual modelo de desarrollo. Su constatación está llevando a impulsar planes verdes mucho más ambiciosos, como es el caso reciente de la Unión Europea. Nuestro país no se ha quedado al margen, y ya hizo una propuesta de Ruta nacional a la economía circular para un Chile sin residuos.

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La Unión Europea genera más de 2.500 millones de toneladas de residuos al año. Esa enorme cifra hizo que su Parlamento demandase medidas adicionales al votar en febrero, el plan de acción sobre economía circular. Ello con el objetivo de avanzar hacia una economía neutra en carbono, sostenible y libre de tóxicos en 2050.

Consciente de lo que está en juego, el vicepresidente ejecutivo para el Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans, afirmó: "la pandemia de Covid-19 ha sido un brusco recordatorio de que una preparación insuficiente puede tener consecuencias nefastas. No hay ninguna vacuna contra la crisis climática, pero todavía podemos combatirla y prepararnos para sus efectos inevitables".

En el mismo mes, en Chile se cerraba el plazo para que la ciudadanía opinase sobre la hoja de ruta nacional elaborada mediante un trabajo participativo entre academia, organizaciones sociales, mundo privado y Estado.

Son siete metas cuyo horizonte es 2040. Entre estas, se espera crear 180 mil nuevos empleos al 2040 (cien mil al 2030); que en la misma fecha, los residuos domiciliarios per cápita se hayan reducido en un 25 por ciento (10 por ciento al 2030). Asimismo, que se elimine el 90 por ciento de los vertederos ilegales, y que al 2030 se reduzcan en un 50 por ciento.


Pero ¿de qué se trata la economía circular?

La Ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, explica que "propone, desde su diseño, generar productos y servicios en los que nada se pierda, sino que los materiales se transformen en nuevos productos y no tengamos desechos… Si somos capaces de hacer de Chile un país circular, la ciudadanía tendrá opciones de más trabajos, nuevas oportunidades de emprendimiento y barrios más limpios".

En definitiva, es un modelo de producción y consumo que conlleva reutilizar, reparar, renovar y reciclar productos todas las veces que sea posible para añadirles valor. Así, su ciclo se extiende al mantenerse en la economía durante el mayor tiempo posible y reducir residuos. Se contrapone al actual modelo económico lineal, basado en el concepto de "usar y tirar", que requiere de grandes cantidades de materiales y energía baratos y de fácil acceso.

Uno de los motivos para implementar una economía circular es el aumento de la demanda de materias primas y la escasez de recursos. Otro -que quedó muy evidencia en esta crisis-, es reducir la dependencia de materias primas o productos de otros países. El impacto en el clima también es importante al generar menos contaminantes. Lo central es lograr un desarrollo más sostenible.

Para la ministra Schmidt, será vital este modelo en la pospandemia: "Promover e impulsar la economía circular será una de las mejores vías para asegurarnos de que la reactivación económica, superada la crisis sanitaria del coronavirus, sea verde y sustentable. Luego de la pandemia, los países necesitarán crecer, pero debemos hacerlo a través de este nuevo paradigma", concluye.


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