Hacia un Chile sin Basura

Una mayor preocupación por nuestro planeta y por la forma cómo vivimos debiesen ser parte de las transformaciones pospandemia. Con ese sentido, en plena crisis sanitaria, comenzó a operar en enero de este año la Ley REP, norma que nos nivelará con los restantes países de la OCDE en cuanto a gestión de residuos. El cumplimiento de metas partirá en 2023.

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En Chile se generan 23 millones de toneladas de residuos (2018) y solo un diez por ciento se recicla. Mediante la Ley 20.920 se espera triplicar la recuperación en cinco años y seguir aumentándola, mediante la participación de productores, consumidores y quienes gestionan los residuos.

La Ley de Reciclaje y Responsabilidad Extendida del Productor o Ley REP, obliga a fabricantes e importadores de seis productos prioritarios a organizar y financiar la gestión de los residuos derivados de estos cuando concluyan su vida útil, mediante sistemas individuales o colectivos. Se trata de aceites lubricantes; aparatos eléctricos y electrónicos; baterías; envases y embalajes; neumáticos y pilas. Así, una vez que se los termine de usar, deberán volver a las industrias donde fueron fabricados, o a las bodegas donde comenzó su distribución.

Las metas de recolección y valorización para cada producto están siendo fijadas por el Ministerio de Medio Ambiente. Ya fueron publicadas en el primer trimestre del año, las de neumáticos y envases/embalajes.


¿Cómo operará la Ley REP?

Uno de los principios en que se basa esta normativa es "el que contamina paga". Por ello, el generador de un residuo es responsable de este, así como de internalizar costos y externalidades negativas asociados a su manejo.

El 20 de enero se publicó el decreto que establece metas para los neumáticos. La Ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, señaló en la oportunidad que "los neumáticos son de los agentes más contaminantes que tenemos en nuestro país. En Chile se venden, anualmente, alrededor de 6,6 millones, generándose unas 140 mil toneladas de residuos, los que equivalen a un cerro Santa Lucía".

Desde 2023, las empresas que los produzcan o importen deberán reciclar el 25 por ciento y recolectar el cincuenta por ciento. El porcentaje irá subiendo hasta llegar a un 90 por ciento para neumáticos normales y al cien por ciento de reciclaje para los mineros en 2030. Actualmente la tasa de aprovechamiento llega apenas al 17 por ciento.

En marzo, se publicó el segundo reglamento, esta vez para envases y embalajes, cuyo alcance será mucho mayor estimándose que afectará a más de 14.500 empresas e implica la recuperación desde los hogares.

Se calcula que se generan dos millones de toneladas de residuos de envases y embalajes y solo un 27 por ciento se recicla. El decreto los divide en cartones para líquidos; metales; papel y cartón; plásticos y vidrios, estableciendo metas diferenciadas. Su recuperación obligatoria también partirá en 2023 y para el 2035 exige porcentajes entre el 45 y 70 por ciento de estos productos a nivel domiciliarios. La REP será aplicable a quienes introduzcan más de 300 kilogramos de envases al año y no sean microempresas. Quienes no cumplan, arriesgan fuertes multas por parte de la Superintendencia del Medio Ambiente.

Productores e importadores deben inscribirse en un registro público e indicar el sistema de gestión que aplicarán. También tiene que organizar y financiar la recolección y hacerse cargo de su almacenamiento, transporte y tratamiento. Una de las formas en que se realizará la recolección será mediante camiones de reciclaje que pasarán por los hogares. De manera piloto, ya funcionan en 200 mil hogares de Chile; la idea es que se llegue a cubrir al 80 por ciento. Las personas deberán separar y entregar los productos desde sus hogares. Con ese fin, se instalarán puntos limpios o centros de acopio en la mayoría de las comunas.


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