Oled, microled y led: ¿Qué hay en la pantalla de la TV?

Al observar la notable definición que alcanza la última generación de pantallas, cuesta imaginar que en sus inicios esos aparatos eran mecánicos, que su imagen era en blanco y negro y que se producía mediante el giro de un disco en espiral por cuyos agujeros pasaba la luz.

Imagen de Artìculo

A esos primeros esfuerzos de hace menos de un siglo, le siguieron las TV de tubo de rayos catódicos, luego los plasmas y, posteriormente, los LCD. Hoy, en el mercado compiten diversas gamas de pantallas, pero -básicamente- se dividen en dos tipos: aquellas que no necesitan una fuente de luz externa y las que sí la requieren. Las primeras, poseen pixeles autoemisivos disponiendo de luz propia que les permite entregar una mejor calidad de imagen: con contraste y profundidad de tonos negros y de brillos. Utilizan millones de píxeles diminutos, coloreados y autoiluminados que se apagan o encienden individualmente.

Estas TV, a su vez, se clasifican en oled y microled. Las oled son orgánicas y su vida útil es menor; también son propensas a la retención de imagen, las denominadas “quemaduras” que no son otra cosa que desgaste de pixeles. Para reducir este impacto, los fabricantes han introducido una serie de medidas en los modelos más recientes. Por su parte, las microled cuentan con pixeles inorgánicos que perduran más; claro que hasta ahora solo se usan formatos grandes para no perder resolución. Así, su lado menos amigable es su enorme precio. La opción de 89 pulgadas presentada por Samsung en el encuentro mundial CES 2022, alcanza los 80 mil dólares.


Los LCD

Los televisores que requieren luz externa, ocupan una matriz de led. Esta se pone detrás o a los lados y se acompaña con un panel LCD para transformar la electricidad en luz. Obviamente, no alcanza el mismo nivel que las pantallas autoemisivas. Esta tecnología se diferencia por el tamaño de sus led, en miniled y LCD convencionales.

En los miniled el panel está retroiluminado por una matriz de diodos mucho más extensa que la de los tradicionales. Al ser los led más pequeños -aunque no tanto como los microled-, se obtienen contraste, brillo y negros mejores.

Por su parte, los LCD convencionales son los televisores que hoy se encuentran en la mayoría de los hogares. En estos varía la posición de la matriz de led y su cantidad. No es lo mismo que se ubique a los costados que detrás del panel. La opción más económica es el edge led que sitúa la matriz en los bordes y utiliza un sistema de espejos para iluminar el conjunto. El resultado es de menor calidad.

Los paneles LCD retroiluminados, asimismo, se dividen de acuerdo a la cantidad de led en led direct y fald. El primero coloca la matriz detrás pero tiene menos led que la tecnología fald. Esta los agrupa en bloques en vez de hacerlo de manera uniforme, lo que permite ajustar la iluminación de manera diferenciada y mejorar la calidad final.

Actualmente todos los televisores LCD de gama alta, y buena parte de los de gama media, ocupan nanocristales para reproducir el color con más precisión, son los Qled.

La pantalla va así cobrando cada día un mayor rol en nuestras vidas. Ya no solo se usa para ver programas de TV abierta, por cable o por plataformas de streaming, además permite acceder a internet. También se espera que más adelante, permita manejar los distintos dispositivos que se vayan conectando entre sí e intercambiando información mediante el internet de las cosas.


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